LA FUNDACIÓN

Historia y arquitectura

Historia de La Fundación

El edificio, sede de la Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural CajaCanarias, se ubica en el número 18 de la calle San Agustín, de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, donde se encontraba una vivienda anterior, que fue adquirida hacia 1746 por el Licenciado Antonio Vizcaíno de Quesada, abogado de los Reales Consejos, promotor Fiscal de S.M. de las rentas generales, comisionado del Sr. Don Pedro de Villegas del Consejo de S.M., Regente visitador de la Real Audiencia de estas islas, Subdelegado del Supremo Tribunal del Protomedicato del Reino, Teniente de Corregidor, Corregidor de manera interina, en 1743, Alcalde Mayor de Tenerife, Personero general del Cabildo de Tenerife, en 1769, y Auditor de la Guerra, en 1770.

En 1746 el sargento mayor Francisco Montañés Machado edificó la Casa Montañés, lindante con el inmueble de dos plantas del que era propietario Vizcaíno de Quesada. La Casa Montañés, situada al sur, es la actual Sede del Consejo Consultivo de Canarias.

Hacia la década de 1860 era la casa de José Martín Méndez, Canónigo y Deán del Cabildo catedralicio de La Laguna, que la había comprado en 1859, con pacto de retroventa por cuatro años, a Bernardo Forstall, de familia de comerciantes irlandeses, que a su vez la había adquirido a María Bustamante y Vizcaíno, nieta de Antonio Vizcaíno. José María Méndez había sido Clérigo de menores y Beneficiado de la iglesia de los Remedios de Buenavista, entre 1820 y 1830. A mediados de esa década obtuvo licencia para estudiar en la Universidad de San Fernando, en La Laguna. En la década de 1860 desempeñó también la Presidencia de la Comisión de Capellanías, Provisor, Vicario General y Gobernador eclesiástico. José Martín Méndez falleció en La Laguna el 18 de enero de 1877, dejando como heredera a su hermana María del Carmen, si bien la casa de la calle San Agustín nº 18 la donó a Trinidad Saavedra y Peraza.

Según descripción del último cuarto del siglo XIX, la casa tenía una superficie de 453,56 metros cuadrados. Trinidad Saavedra falleció en La Laguna en febrero de 1918, dejando como herederos a sus sobrinos Esteban y Vicente Saavedra Fernández. Vicente Saavedra falleció en Santa Cruz de Tenerife en abril de 1936, pasando el usufructo de la herencia de Trinidad a la viuda de Vicente, Matilde Togores Balzola, y la nuda propiedad a sus hijos Vicente y Esteban Saavedra Togores. Vicente falleció en Málaga, durante la Guerra Civil española, de estado soltero, siendo declarada como heredera su madre, Matilde, que fallecería en Santa Cruz de Tenerife el año 1966, quedando como heredero su otro hijo, Esteban Saavedra.

El Edificio y su entorno

Casa Saavedra y Martínez-Barona

Descripción

La apariencia de la casa Saavedra y Martínez-Barona es de tipo "sobradado" —término local éste que se refería a la antigua usanza de tener un sobrado, granero o habitaciones en la planta superior—, y de dos plantas. Su aspecto corresponde a la tipología de la arquitectura urbana doméstica en Canarias, y en este caso, el de una vivienda unifamiliar, cuyo uso era principalmente residencial. Pese a las reformas acometidas a lo largo de los siglos XIX y XX, y su rehabilitación para el uso en la actualidad de la Fundación, el edificio mantiene en gran parte la esencia de su diseño en el momento de ser construido en el siglo XVIII.

La Planta

La planta del inmueble adopta en su forma actual una disposición en F invertida, con una fachada orientada a la calle San Agustín.

Sistema constructivo

La construcción de la casa se realizó con los materiales tradicionales, con muros de carga de piedra y barro, enlucidos con mampostería. La cubierta se caracteriza en la planta superior por alfarjes de madera de pino-tea, y un entablado de factura sencilla, recubierto por tejas de arcilla rojiza en el exterior.

La fachada

La fachada actual del edificio consta de dos cuerpos principales, con muro de mampostería y cantería vista, presente en los márgenes laterales de la fachada. Este tipo de fachada, de seis huecos simétricos, tres por planta, localiza la puerta en el centro. En el caso de la casa Saavedra, respeta los gustos de una casa culta del siglo XVIII, con un estilismo de corte neoclásico, renunciando a cualquier precedente del barroco. Las ventanas de guillotina presentes en el cuerpo superior de la fachada cuentan con unos marcos de madera en los que destacan cornisas adinteladas con retranqueo, antepechos con moldura cóncavo-convexa y marcos laterales imitando pilastras, cuyo interior está levemente cajeado. La última modificación del aspecto de las ventanas en la fachada superior fue en la década de los setenta del siglo veinte, sustituyendo los cojinetes de mortero de cemento preexistentes por otros realizados en madera de tea. Detrás de la fachada, en el interior aparecen los típicos tapaluces de doble batiente, con postigos. En el cuerpo inferior, anexos al portal, se hayan sendos ventanillos, que sustituyen a unas ventanas de guillotina. Esta modificación se realizó en 1938. El conjunto de la fachada se halla rematado por un alero de cantería, con molduras cóncavas (cavetos).

La carpintería de madera

El trabajo de carpintería presente ha sufrido amplias modificaciones a lo largo del tiempo, fundamentalmente la escalera, — cuyo aspecto actual es del siglo XIX— y en la galería que da al patio de tres lados en el interior del inmueble. Los artesonados de madera en la planta superior conservan su entramado original. La escalera principal, de dos tramos con descansillo, inmediata al zaguán, tiene un antepecho de rejería, con pasamanos de madera, y está construida con madera de barbusano. El resto de las estancias de la casa, sobre todo el piso superior, tiene entablados de tea. Aparte de la carpintería original de la casa, en la rehabilitación realizada en la primera década del siglo XXI se añadió carpintería moderna de vitacola en las zonas de nueva factura.

El patio central

El patio central, antiguamente abierto, característico de la casa canaria y de reminiscencia castellana, consta de tres lados confrontados al muro de mampostería, uno cubierto por la galería cerrada de madera —con ventanas de guillotina rematadas con antepechos encajados— en la planta alta, y los accesos en dirección al zaguán y al pasillo que lleva al traspatio. Esta zona de la casa es la que ha asumido más cambios, con la reforma de rehabilitación del año 2008, el suelo nuevo de piedra natural y la obra de madera de vitacola presente, han habilitado espacio y acceso a un salón de actos de factura moderna, cerrado con sendas puertas correderas.

El traspatio

Es una pequeña sección de la casa al fondo, sin cubierta, con los muros enlucidos de mampostería que colindan con las casas de la vecindad. La parcela contiene un jardín pequeño cubierto con piedra picón y plantas locales; manteniendo una palmera washingtoniana, de edad centenaria, un cardón de Granadilla donado por AENA en recuerdo de los orígenes genealógicos de Cristino de Vera, y además un laurel de indias.

Dimensiones

Las dimensiones de la casa son de 884,71 m2 construidos, sobre un solar de 498 m2. De ellos, 318,80 m2 —incluidas zonas abiertas cubiertas— corresponden a la planta baja, 333,62 m2 a la planta alta, y 85,57 m2 a la planta bajo la cubierta o granero, sumando entre los tres un total de superficie construida de 737,99 m2.

El conjunto dispone además de 146,72 m2 de patios y jardines, para completar los reseñados 884,71 m2. En la nueva planta sótano se ha habilitado una superficie construida bajo rasante de 85,78 m2.

Calle San Agustín

El edificio de la Fundación Cristino de Vera se halla en una de las arterias principales del trazado urbano de La Laguna, la calle San Agustín. Ésta traza una recta desde la calle Nava y Grimón hasta la Plaza de la Junta Suprema.

El emplazamiento de la calle data de los inicios de la ciudad, hacia el año 1500, cuando el Adelantado Fernández de Lugo ubica los primeros trazos fundacionales del asentamiento lagunero. En toda su extensión, la calle San Agustín alberga un gran patrimonio monumental; en el lado norte de la Fundación Cristino de Vera se ubica un inmueble anexo al Palacio Lercaro, que alberga instalaciones del Museo de Historia de Tenerife; y lindante con la Fundación en su lado sur se encuentra la Casa Montañés, sede del Consejo Consultivo de Canarias.

En esta calle se encuentran también el Palacio Salazar, sede del Palacio Episcopal de la Diócesis Nivariense; el edificio de la antigua Casa de los Jesuitas, sede de la Universidad de San Fernando, primera de Canarias y actual sede de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife; el Hospital de los Dolores, sede de la actual Biblioteca Municipal; el Convento de San Agustín, en ruinas desde los años 60 del siglo XX; y la sede oficial del Instituto Canarias Cabrera Pinto, primer instituto de enseñanza secundaria de las islas. Desde los primeros años del siglo XVI ya se la conocía como la calle que va al convento de Espíritu Santo, en alusión al convento de los agustinos, cuya primera referencia constatada es del año 1504. Posteriormente aparece el otro nombre con el que es más conocida la calle, Real. En la tercera década del siglo XVI surge un tercer nombre, calle de los Mercaderes.

La calle San Agustín preserva la unión original entre la parte alta de la ciudad, zona donde se empezó la edificación del centro histórico más antiguo de La Laguna, y la baja ciudad, donde se respetó el actual trazado ordenado que caracteriza la ciudad.

San Cristóbal de La Laguna

La ciudad de San Cristóbal de La Laguna, situada en el Valle de Aguere al noreste de la isla, fue la antigua capital de Tenerife hasta el siglo XIX y el primer poblamiento fundado por el Adelantado Fernández de Lugo en 1497.

En el año 1500 adquiere su trazado urbano original, de calles en damero, conservando en la actualidad gran parte de su arquitectura tradicional, así como los palacios, iglesias y conventos.

La expansión de la ciudad se incrementa sobre todo en los inicios del siglo XVI, con un aumento de la actividad de construcción, hasta que cede paulatinamente su capitalidad y servicios administrativos a la vecina ciudad de Santa Cruz de Tenerife, hacia el siglo XIX. No obstante, ello no evita la aparición de una pujante actividad cultural: Colegio de los Jesuitas, Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, además de numerosas tertulias científicas y literarias, sostenidas por las casas de Nava, Domingo Saviñón, Luis Román y la Marquesa de San Andrés, además de fundar la primera Universidad de Canarias, en el año 1744.

La característica disposición de su callejero obedece a la razón de ser una de las primeras ciudades coloniales sin fortificar, un modelo urbanístico que luego se exportaría a muchas ciudades de América. Este aspecto la convierte en un modelo de la ciudad-territorio, con su planificación en retícula, reflejada en los planos del ingeniero Leonardo Torriani en 1590 por encargo del Rey Felipe II.

La gran riqueza del patrimonio presente, que abarca desde el estilo arquitectónico mudéjar de sus primeras construcciones hasta los edificios de principios del siglo XX, son motivo para su nominación como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, título aprobado por el Comité del Patrimonio Mundial de la U.N.E.S.C.O., en reunión celebrada en Marrakech (Marruecos) en 1999.

El proyecto del museo

La reforma interior de la Casa Saavedra como espacio de exposición de la obra de Cristino de Vera y espacio de actividades culturales, corrió a cargo de los arquitectos Juan Pablo Rodríguez Frade, Vicente y Fernando Saavedra Martínez; empezando a trabajar la Memoria del Proyecto de Ejecución en mayo del año 2006 y acabando las obras en el año 2008.

La limitación del espacio impuso según la Memoria del Proyecto, prescindir "(...) de muchos de los usos característicos de otras instituciones de mayor escala, del tipo taller de restauración, laboratorio de fotografía, almacén visitable (...)" (1) lo que determinó una estructura y organización sintética del espacio diseñado.

La organización interna del espacio, empezando por la planta baja, dispone de "(...) una zona de acogida con punto de información, atención al público (...) y sala de exposiciones temporales." (2) Para el patio principal, en el centro del edificio, se dispone de un " (...) Salón de actos para 30 personas (...) espacio polivalente flexible para presentaciones literarias y debates (...) con la instalación de sistemas de proyección audiovisuales (...)" (3), en zona cubierta. Este espacio también tiene como finalidad exponer las manifestaciones culturales que correspondan al Espacio CajaCanarias.

Hacia el fondo del edificio, se habilita además una zona de carácter administrativo: Área de Dirección, Administración y Secretaría, Área de Colecciones, Área de Difusión e Información.

En la planta primera del edificio se exhibe la exposición permanente de la obra de Cristino de Vera "mediante un itinerario prefijado" (4) incluyendo un pequeño espacio audiovisual que se muestra como una puesta en escena del " (...) singular mundo de Cristino de Vera (...) audiovisual (...) y se presentarán objetos especialmente ligados al artista (...)" (5)

Por último, en áreas que no son de acceso al visitante de la Fundación, se hallan el Archivo (en el sótano del edificio) y la Biblioteca, con bibliografía referida al artista y a sus contemporáneos, habilitada también como centro de investigación, bajo la cubierta inmediatamente superior a la planta primera. Esta última zona está destinada como Área de Documentación e Investigación, Gabinete Didáctico y Biblioteca, además de Sala de Investigadores.

1-2) Proyecto de Ejecución, Memoria, p.17.
3-4-5) Proyecto de Ejecución, Memoria, pp. 17, 18, 19 y 20.