El paralelismo con Zurbarán

El paralelismo con Zurbarán

El paralelismo establecido por los críticos entre el solemne Bodegón de Zurbarán y los de Cristino de Vera reside en que ambos han sido capaces de pintar en ellos el silencio. Zurbarán, maestro del pincel, gran conocedor de la espiritualidad contemplativa, adquirida a través de sus relaciones con los miembros de las órdenes religiosas para los que realizó múltiples encargos a lo largo de su vida, introduce la fórmula para lograr que del lienzo emane la quietud silenciosa.

«Llevaba el sielencio entre sus manos y blancas flores de los huertos Zurbarán
Blancos de «éxtasis callando» sellaban el sendero y ya en él posada quedó la luz yacente…
Alada y liviana como el roce de un ala al morir su vuelo.
«Luz en cruz» fue su luz que iluminada apareció clavada en la bóveda del cielo.
Alumbrada ya la luz del alba…surge un cántaro callado como el salmo de un ave caída.
Y que fija en lo alto queda

Silencio entre los blancos. Cristino de Vera, El Mundo
miércoles 7 de octubre de 1998


Obra relacionada

Francisco de Zurbarán.
Bodegón 1635-1640
Óleo de lienzo,46×84 cm.
Museo del Prado. Madrid