Crucifixión

Crucifixión

A principios del siglo VI, el papa Gregorio I describió la finalidad de la imaginería religiosa: «las imágenes son para el ignorante lo que la escritura para el erudito». Con Carlomagno, coronado emperador de Occidente por el papa León III el día de Navidad del 800, estas escenas narrativas se convirtieron en parte de la tradición occidental. La representación de la crucifixión, cuyo origen es difícil de averiguar, se constituyó en una de las manifestaciones cristianas más importante en la Europa medieval; Jesús, hombre en la cruz sufriendo una dolorosa agonía, contiene los principios de una nueva sensibilidad.

Las crucifixiones de Cristino de Vera a lo largo de su trayectoria van experimentando cambios sustanciales, si aquí, en un segundo plano observamos la imagen de Cristo delimitada por el arco de una capilla, en otras se va apartando de la representación tradicional, apareciendo en ocasiones sólo una parte del cuerpo de Jesucristo sumergido en un halo de luz, o bien entre cirios y cruces.


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