Legado de Cristino de Vera

Cristino de Vera, premio Nacional de Artes Plásticas en 1998 y uno de los pintores españoles contemporáneos más representativos, nació en 1931 en Santa Cruz de Tenerife y ha desarrollado toda su carrera artística en Madrid, donde se trasladó en 1951 a aprender el oficio de pintor en el taller de Vázquez Díaz. Desde los inicios hasta la actualidad, su obra, al margen de los movimientos artísticos y modas imperantes, se caracteriza no sólo por la técnica empleada en óleos y dibujos, sino además por los temas y motivos representados en los mismos donde las tazas, cráneos y velas se erigen como símbolos de un riquísimo universo espiritual, fruto de los hallazgos que el pintor realiza en la escritura y el pensamiento de los grandes metafísicos, filósofos y poetas místicos de Oriente y Occidente. En este sentido, Cristino de Vera está considerado por la crítica como el último místico de la pintura, que ha vivido en un permanente estado de humidad, donde el silencio y la muerte se convierten en protagonistas de su producción.

Bajo el título el Legado de Cristino de Vera presentamos la muestra integrada por una selección de los óleos y dibujos procedentes de la donación del pintor al Gobierno de Canarias en 1997, bastante significativa por representar uno de los primeros gestos de la excepcional generosidad del creador con el Archipiélago. La mencionada donación, integrada por una treintena de obras, enriqueció enormemente el Patrimonio Artístico Insular y supuso para Cristino de Vera una forma de regreso, además de expresar con ella su gratitud hacia las islas.

A raíz de la misma, a finales de los noventa, el Gobierno de Canarias organizó una muestra con idéntico epígrafe, que fue exhibida en diferentes salas de arte de la geografía insular, ofreciendo la posibilidad a todos los canarios de acercarse a descubrir la hondura artística de Cristino de Vera.

En esta ocasión, la Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural CajaCanarias acoge la mencionada donación con la finalidad no sólo de agrupar el legado artístico de Cristino de Vera en la casa que preserva su huella, sino que además, con su exhibición, todos los visitantes podrán admirar la grandeza y generosidad de un artista fiel a sí mismo, cuya producción define su itinerario vital y plástico como un modo de evidenciar el misterio de la existencia.